sábado, 27 de noviembre de 2010

ALGO SE VA MOVIENDO abajo... muy despacio

Supongo que, a estas alturas, ya sabeis de mis NO creencias religiosas, no obstante aplaudo los pasos que dan algunos eclesiásticos que, bajando de su nube de santidad, osan pisar la tierra y codearse con los hombres y mujeres, adquiriendo así una categoría humana.Tal es el caso de Raúl Lugo, de México, al que han publicitado las Católicas por el Derecho a Decidir.


Dice:

MEA CULPA ANTE NUESTROS HERMANOS Y HERMANAS HOMOSEXUALES:


Yo, pecador y presbítero, pido perdón a mis hermanos y hermanas homosexuales, en nombre mío, en el nombre de otros muchos presbíteros y en el nombre de la Iglesia Católica, de la que formo parte desde mi bautismo. Pido perdón porque no he sabido apreciar el don del cuerpo y de la sexualidad, porque he puesto reparos al placer y lo he considerado algo bajo, sucio, despreciable, porque he preferido seguir a Agustín de Hipona en lugar de fijar mis ojos en Jesús de Nazaret.Pido perdón porque me he asociado a quienes discriinan a las personas homosexuales, he escuchado en silencio y hasta he contado algunos chistes que los degradan. He tolerado que se hable de ellos con desprecio y se les catalogue con epítetos humillantes. He sentido temor de ser visto en público acompañado de alguna persona abiertamente homosexual.


Pido perdón porque no he abierto espacios para las personas homosexuales en el seno de las parroquias en las que he servido, porque me he callado ante seminaristas gays que han sido expulsados del seminario por esa única razón, porque me he guardado en privado la cerrazón de la Iglesia respecto a los homosexuales en lugar de abrir un debate público que tanta falta hace en la comunidad crisitiana. Pido perdón porque no he sabido valorar y apreciar la entrega de tantos catequistas, ministros y servidores homosexuales que hay en nuestras iglesias, porque he bajado la voz hasta hacerla murmullo de corrillos en las reuniones de presbíteros, cuando habría podido elevarla para hablar de los homosexuales.

Pido perdón porque en el sacramento de la confesión no supe decir una palabra que alentara los corazones de mis hermanos y hermanas.


Hasta aquí las palabras literales de Raúl.


No me digas que no hay grandes diferencias con un papa que, en su reciente viaje a España, "intenta intervenir" en las leyes que hemos conseguido con la Democracia.



Y ¿QUÉ PASA CON ÁFRICA?, que se nos está muriendo de SIDA!!!


6 comentarios:

  1. Las palabras y el mea culpa suenan muy bien, sobre todo considerando el gran perjuicio que al política retrógrada que lleva la iglesia en relación al Sida, el uso del preservativo, la consideración desigual de la mujer y el repudio de los homosexuales. Ahora, a la hora de reivindicar derechos hacer gala de arrepentimientos quizás convendría que quien los hiciera tuviera un pasado menos plagado de escándalos y mentiras de su propia cosecha
    http://www.antena3.com/noticias/mundo/aparecen-nuevos-hijos-ilegitimos-presidente-paraguay_2009042300023.html


    Un abrazo!

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  2. Soy creyente y siento verguenza ajena por la posición de la iglesia en muchos puntos, que la hacen alejar de los seres humanos.

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  3. Yo quiero a las putas, negros ,homosexuales, a pesar de la iglesia.

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  4. Mayyyyyyyyyyyy cuanto tiempo, soy un desastre.
    Mea culpa de no cuidar a los amigos.

    Aleluya! escuchar estas palabras de boca de un miembro de la Iglesia, mi fé es rara, tengo, pero muy especial, y hechos como el que nos cuentas me hacen creer en ciertas personas de la Iglesia, pero sigo sin creer en la Iglesia en general.
    La visita del Papa a mi ciudad....mejor ni hablar.

    Petonets

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  5. Hola mi guapissima,

    Comme toujours tes billets sont d'une détonante vérité, de celles qui dérangent, qui soulèvent, qui remuent et ça fait beaucoup de bien.

    Je passais par là pour te dire que je ne t'oublie pas et te souhaiter avec un peu de retard, tous mes meilleurs voeux pour cette nouvelle année.

    Cuidate preciosa mia, y los besotes del corazon

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  6. “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Jesucristo en Mt. 22, 21). ¡Qué la Iglesia deje lo que no le compete! Por ejemplo la política, además de otras muchas cosas.

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