sábado, 21 de marzo de 2009

AHÍ VA UNA MUJER LIBERADA


..........Como me debían unos días en el trabajo, ayer fue el primero que me tomé de relax.

Toda la mañana en el instituto de belleza: depilación, mascarillas varias, masaje energizante, UVA... Texto original de Mayson

Salí sobre las 3, y en el camino a comer algo, me iba observando en los cristales de los escaparates. Realmente estaba guapa. el corte de pelo me favorecía.

Me pedí una ensaladilla rusa y con los colines... bueno, sólo comí uno. Ya sabes, las calorías. Luego emperador a la plancha. Por cierto, vaya pescado más insulso. Menos mal que le da vidilla el ajito que le ponen.

Estaba bebiendo el té y hojeando el periódico cuando pensé que era una gloriosa forma de rematar el día el irme al "corte" de compras.

Compré un chaquetón asimétrico en cuanto a la forma, colores y texturas. Me costó un ojo de la cara y el iris del otro, pero en fin, lo importante es que estaba rebajado un 60% y dime quien no cae ante una tentación tan tentativamente tentadora.

Luego me pasé por la lencería y me compré unas braguitas muy originales, sin costuras, salvo en la parte de atrás. Nada. Ni un dobladillo, ni un elástico. Cortadas, parecen, a tijera. Tal cual. Muy agradables al tacto y como también eran una tentación tentativamente tentadora, cargué con media docena. ¡Qué colores! Desde el fucsia al verde botella, pasando por el champagne (Ah, mira- pensé-cuando llegue a casa me trinco un benjamín que está muerto de asco en la nevera), blancas, rosa palo y negro.

Llegué a casa tarde y cansada. Me pegué una ducha, me puse ropa cómoda, preparé un bikini y encendí la tele mientras hacía un crucigrama. Hay que cultivarse ¿no?.


...............................................Hoy es mi 2º día.


Me he levantado a las 9 como toda una señora.

Mientras que el agua del té se calienta en el microondas y en la tostadora tengo una rebanada de pan de siete cereales y medio, me preparo un licuado de naranja y zanahoria, por eso del caroteno, para conservar la morenor, porque gustarme, lo que se dice gustarme... prefiero el zumo de naranja. Y el de tomate, con una pizquita de sal y pimienta blanca recien molida. Pero ese lo compro en frasco.

Preparo cuidadosamente la ropa para festejar el día. Y es que es todo un regocijo pensar que tus compañeros están en la oficina y tú celebrando que no estás allí. ¡Menuda cara que se le va a poner a Marta! Bueno... seguro que ni se da cuenta. Yo tampoco recuerdo a quienes se toman el día libre.

Como este pensamiento me ha contrariado un poco, cambio la ropa. Nada, hoy me voy a vestir divina de la muerte y mira por donde que voy a estrenar las braguitas.

Las coloco sobre la cama para elegir el color: las blancas... no, las verdes, tampoco. ¡Ya está! O las rosa, o las fucsia o las champagne ¡Ay, que anoche no me tomé el benjamín!

Vuelo al frigorífico a poner visible la botellita y corro a vestirme.

Como luce un estupendo día, elijo unos botines granates "agujeros". Lo de agujeros viene de aguja, vamos, de tacón de aguja. Unos calentadores granate desvaído y malva. Hay que rentabilizar el moreno de los UVA. Una faldita ceñida hasta la cadera y luego tableada el resto.Vamos, el poco resto que queda... porque es super corta. Un sueter malva. Que sí. Que vale. Que sé que se escribe sweater. Y una rebequilla de angora. ¿Cual me pongo, la rosa o la azul celeste? Pues sí, esa misma que has pensado tú.

Colorete melocotón, sombra rosa, y ¿labios? Rosa también.


Me miro, me remiro en el espejo. La verdad es que estoy mona. La combinación de los botines y los calentadores me gusta. Y los bajo hasta ocultar la minicaña, como arreguñados.

Me miro y me vuelvo a mirar. Y decido ponerme los calentadores asimétricos. ¡Anda, como la chaqueta!. Uno un poquitín más alto que el otro. Me dan un aire como de... ¡pues eso!, de... descuido perfectamente estudiado. Pero el conjunto armoniza: Un poco vamp y un poco adolescente. ¡La mezcla perfecta!

.....................Y salgo a la calle dispuesta a comerme el mundo.


Cuando llego al metro no hago amago de bajarme la falda, tipo Marilyn. Total, está ceñida a la cintura y no puede subírseme a la cabeza.


Me miran. Incluso hay gente que sonríe. Seguro que están pensando: AHÍ VA UNA MUJER LIBERADA.


Pues claro que sí, sólo que lo del metro no lo había probado. No sé... me daba como apuro. Y fíjate que es soberana tontería. Pues hoy lo he conseguido y mañana... ¡también!

Llego a la cafetería. José Luis me espera. Ya te hablaré de él.

Qué pena que no pueda lucir, casi, mis larguísimas piernas. Mujer, no soy una Adriana Karembeu, pero casi. De cara, más guapa.

Cruzo las piernas y las estiro diagonalmente y observo la impresión que producen en el camarero. Ha advertido que son superlaaaaaargas. ¡Y tanto!. Los botines ayudan, jajajá.


¡Ah, pero... ¿no había quedado en que era UNA MUJER LIBERADA?


Descruzo las piernas y las separo un poco, sólo un poco. Tampoco es cuestión de parecerse a Amy Winehouse en su No, no, no. http://www.youtube.com/watch?v=LD5sahXoj0U


Noto, por su sonrisa, que al camarero le parezco una MUJER LIBERADA.

En éstas, José Luis ni se da cuenta. Es lo que tienen las distancias cortas.


Hemos comido en una tasca. Nos hemos rechupado los dedos y las conchas de los caracoles. En ocasiones, y aunque somos bastante pijos, nos entra la locura y nos vamos a comer en plan salvaje. ¡Qué deleite llenar la concha con la salsa y sorberla!. ¡Es un placer casi orgásmico!

Sobre las 8 me ha acercado a casa. Mañana trabajamos.

Cuando he entrado a mi habitación para recoger la ropa cómoda para después del duchazo, he visto que aún, sobre la cama, estaban las braguitas. ¡Mira que son cómodas! y ¡qué bonitas!

Blancas, verde botella, negras, rosa palo, champagne, fucsia...

........................................................Qué?



.......................................................Qué?




............................................ ¡Menos mal que ayer me hicieron la brasileña!