Los niños, las niñas han despertado diferentes sentimientos a lo largo de la historia.
En la Roma imperial era potestad del padre admitir o repudiar al recién nacido, con lo que el neonato no admitido era arrojado literalmente a la basura. En ocasiones era recogido por campesinos como futura mano de obra.
Por el contrario, el que había sido acogido por el pater familia gozaba, incluso, de muñecos articulados (claro, este supuesto es si vivía en el seno de una familia acomodada)
Las niñas... bueno, las ricas con su madre, en el gineceo. Las pobres ayudaban en las faenas, acarreaban agua..., es decir, que dentro de su esclavitud al trabajo gozaban de más libertad.
En la literatura reciente nos encontramos ejemplos de fascinación de deseo ante niños.
Se habla de Lewis Carroll y su dudosa fasinación (*) por Alicia, para la que hizo su famoso Alicia en el país de las maravillas.
Lewis fotografió a la pequeña desde los 4 años hasta los 16.
(*)Fotografió a niños y niñas desnudos y tuvo fama de pedófilo. Puede que únicamente quisiera plasmar la belleza de la infancia, igual que lo hace con bebés la reconocidísima Anne Geddes que quien, con sus bellas imágenes, está causando verdaderos dolores de cabeza a los espacieros por la locura y anacronismo de un código de conducta obsoleto y pazguato de Microsoft.
En la literatura tenemos otros dos interesantes ejemplos:
En el primero, un nombre maduro se obnubila ante la frescura y coquetería de una niña de 14 años. Se trata, como bien sabes de Lolita del escritor Vladimir Nabokov, llevada magistralmente al cine por Stanley Kubrick
y protagonizada por James Mason y Sue Lyon.
En 1997 se hizo un remake dirigida por Adrian Lyne y protagonizada por Jeremy Irons y Dominique Swain.
Thomas Man, en su magnífica Muerte en Venecia, volvió a tocar el tema, pero esta vez desde la perspectiva de un anciano y su fascinación por un adolescente, Tadzio.
También fue llevada al cine, por Luchino Visconti y protagonizadas por Dirk Bogarde y Miguel Bosé, con una música exquisita de Gustav Mahler.
Dejando el mundo artístico y literario, aparece cada vez y con más fuerza una legión de degenerados capaces de gozar con imágenes pornográficas de niños y niñas y no sólamente con las imágenes, también utilizando sus cuerpos indefensos.
A esta carroña pertenecen "personas" de todos los ámbitos sociales y económicos.
Unos utilizan internet como medio de ganarse la confianza de los niños o intercambiarse y/o comprar imágenes con otros de su calaña.
Otros directamente se van a hacer "turismo sexual" a aquellos países donde hacen la vista gorda con los derechos de la infancia.
Hace tiempo leí en El País un interesante reportaje sobre niñas camboyanas que habían sido esclavas sexuales.
Lo tengo en estos momentos en mis manos (guardo todo, como las urracas. Después me sirve para mi trabajo).
Ojeándolo veo a Him Srey Rotha, sonriéndole los ojos, tapa su boca con la mano. Fue vendida por un familiar a un burdel de Phnom Penh. Fue sometida a maltrato y perdió sus dientes. es seropositiva.
Una niñita, de 9 años, Sry Nout, mirando tímida a la cámara, mientras que con su mano izquierda, recogida, une sus dedos pulgar e índice. Hay mucho candor en su mirada, la misma que en la de Keav,de 14, vietnamita que "trabajó" (léase fue explotada) en varios países.
Estoy buscando en la red, pero no veo a las 2 niñitas, te dejo la foto de Him
Camboya es el paraiso de los pedófilos. La ONG ECPAT intenta combatir el turismo sexual.
A pesar de las numerosas redadas que están haciendo la policía en numerosos países quedan muchos más, muchísimos más que se ocultan tras una pantalla o que viajan para poseer, no ya el cuerpecito de un niño, de una niña, lo que hacen es arrancarles la vida a cuajo.
El día 27 de junio se celebra el "Día del orgullo pedófilo ". Una organización social suiza alertó sobre esta aberrante celebración que se llevará a cabo por parte de pedófilos de todo el mundo.El movimiento empezó hace 10 años en Estados Unidos en 1998 con el nombre de International Boy Love Day (IBLD, día internacional del amor a los muchachos).
Fotografía de Him: ISABEL MUÑOZ